El Anuario de Conexiones:
Introducción a Comunidad, Urbano, Vivienda
Los seres humanos hemos vivido, trabajado y jugado en grupos comunitarios
desde los inicios de nuestra historia. Nuestras comunidades han
sido cruciales para nosotros, no sólo para nuestra supervivencia
física, sino como fuente y base de nuestra vida social y
nuestros valores. El sentido de pertenencia a una comunidad o la
comunidad como unión entre nosotros nos ha mantenido unidos
y nos ha permitido vivir y actuar en común. La salud de las
cadenas comunitarias y el sentimiento comunitario son indicadores
vitales de la salud social.
Hoy, las comunidades en todo el mundo están en crisis. Las
sociedades industriales han probado ser claramente eficientes destructoras
de comunidades tradicionales, sin embargo, sin ser capaces de ofrecer
alternativas viables para reemplazarlas. El automóvil especialmente
ha llevado a la explosión de la escala humana, de las comunidades
cara a cara. Donde la gente una vez vivió a distancias que
caminando llegaban a sus trabajos, iglesias, mercados locales, ahora
tienden a estar dispersos y anónimos. Los 'sistemas de entretenimiento
en casa' - televisión, radio, estéreos, etc. - han
contribuido más a la atomización y la erosión
de las cadenas comunitarias y de las tradiciones colectivas, así
como otros incontables patrones de la vida moderna.
La erosión de la comunidad ha erosionado también
muchas de las bases de movimientos potenciales de oposición
y cambio. Movimientos exitosos para el cambio requieren que la gente
conozca y confíen unos en otros, a través de trabajar
juntos, vivir en los mismo vecindarios o a través de la asociación
voluntaria. Sin la existencia de comunidades naturales esto se vuelve
mucho más difícil. A pesar de ello, quienes tienen
una posición de poder a menudo han buscado conscientemente
una estrategia para promover la división entre las líneas
de raza, género, lenguaje, etnia y religión, precisamente
para evitar que la gente se una en sindicatos o en grupos comunitarios
que pongan en riesgo su dominio.
No es de sorprender entonces que estamos viendo en todas partes
las señales de un rompimiento social que puede ser relacionado
con el rompimiento de la comunidad y los valores compartidos. El
sistema de valores dominante puede ser reducido importantemente
a la idea que lo único valioso es obtener para uno mismo
tanto como sea posible. Los especuladores de bienes raíces
y los criminales en las calles, ambos, viven de esta manera y ambos
contribuyen con su parte para hacer a las ciudades menos viables.
Los gobiernos en todos los niveles toman decisiones sobre la planeación
y el transporte que sólo empeoran el problema.
Al ver todo esto, la gente está tratando de organizar una
resistencia y trabajar por las alternativas.
Uno de los problemas principales que une a la gente es la preocupación
por el ambiente: el aire que respiramos, el agua que bebemos, el
ruido y la basura tóxica en nuestros vecindarios. Otro tema
crucial es la vivienda. A lo largo de Canadá el número
de personas sin hogar o con lugares inadecuados para vivir ha ido
en incremento. El desempleo, los precios disparados, la falla para
construir casas al alcance de la mayoría y las políticas
gubernamentales de 'des-institucionalización' para aquellos
que requieren cuidados como pacientes psiquiátricos, al dejarlos
en la calle, todo esto contribuye a la crisis. Las comunidades basadas
en organizaciones saben que la desaparición de casas seguras
y baratas es la principal contribución no sólo para
el desamparo, sino para muchos otros problemas sociales contra los
que están tratando de lidiar.
Una respuesta ha sido iniciar proyectos de casas sin fines de lucro
y presionar a los gobiernos para que hagan lo mismo. Cada vez más,
grupos comunitarios, cooperativas y grupos religiosos, más
que los constructores privados o el gobierno, se han dado a la tarea
de construir casas de bajo presupuesto, aunque con mucho menos presupuesto.
Algunos grupos han destacado la vital, pero explosiva, situación
del control y propiedad de la tierra. Argumentan que los terrenos
y las casas no deberían ser artículos comprados y
vendidos para enriquecer a unos pocos. Han propuesto impuestos más
altos para los especuladores y sostienen que el uso de suelo debería
ser guiado por la planeación basada en las necesidades humanas
y respeto al ambiente, no simplemente ser determinado por la posibilidad
de alguien para obtener una utilidad.
Grupos en todo el país están trabajando en estos
asuntos. La mayoría están orientados localmente y
algunos están buscando formas de unirse a otros para incrementar
su impacto y potencial.
Ulli Diemer
Also available in English: The
Connexions Annual: Introduction to Community, Urban, Housing.
Aussi disponible en français: L'Annuel
Connexions: Introduction la Communauté, l'Urbanisme et le
Logis.
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