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El Anuario de Conexiones:
El movimiento moderno feminista ha tenido un profundo y lejano impacto en casi todas las esferas de la sociedad. El movimiento ha retado y cambiado la manera que las mujeres se ven a ellas mismas, sus expectativas, su trato en la sociedad. Ha sacudido y transformado las relaciones y la familia, la ley, el sistema educativo, el movimiento laboral y mucho más. A pesar de su éxito, los retos siguen siendo enormes. Mujeres con trabajos de tiempo completo ganan cerca del 65% de lo que el hombre gana. Más del 50% de las familias de un solo padre encabezadas por mujeres son pobres, contra 9% de las encabezadas por un hombre. El sistema de pensiones trabaja en contra de muchas mujeres, especialmente aquellas que han sido amas de casa o de quienes han dejado de trabajar para criar a sus hijos. 50% de las ancianas viven en la pobreza. Las mujeres son sujetas de violencia o acoso en el hogar, el trabajo y en las calles. El número de casas de refugio para mujeres no alcanza por mucho la necesidad real. El derecho de las mujeres para la elección reproductiva, para controlar su propio cuerpo, está bajo ataque. Debido a que las mujeres tienden a ser más pobres y económicamente más vulnerables, también son golpeadas más fuerte por varios de los otros problemas que existen en la sociedad canadiense. Servicios de guardería inexistentes o inadecuados dificultan a las mujeres tener una forma de vida decente. La falta de hogares accesibles le pega a las madres solteras y de edad avanzada particularmente fuerte. Las mujeres nativas, inmigrantes y quienes pertenecen a minorías visibles tienen desventajas aún dentro de sus propias comunidades. Se espera que el libre comercio sea especialmente devastador con industrias como la textil la cual tiene una alta concentración de mujeres grandes. Estos problemas continúan porque están construidos en la estructura de la sociedad canadiense y porque todavía hay muchas fuerzas que promueven el sexismo en la vida pública y privada, y que lleva a nuestros niños dentro de ese sistema. Los movimientos feministas han adoptado una variedad de estrategias para cambiar la estructura sexista e ideología. Algunos grupos están trabajando para luchar contra la discriminación en el trabajo. Otros proveen servicios a mujeres golpeadas, discapacitadas o inmigrantes, servicios diseñados para ayudarlas a tomar control de sus vidas. Muchos grupos se enfocan en la educación y autoayuda. Sin importar el enfoque particular, muchos grupos de mujeres están unidos por la idea que dicho movimiento necesita ocuparse del sistema social entero y de la naturaleza de las relaciones humanas dentro del propio sistema social. Ellos creen que la liberación femenina no se puede alcanzar a menos que todo el sistema de opresión y estructuras injustas sea confrontado, e igualmente, que estas estructuras no pueden ser desmanteladas a menos que la opresión de las mujeres sea fuertemente cambiada. Esta perspectiva aplica también para los movimientos de cambio social, los cuales han sido y están siendo forzados a confrontar su propio sexismo y su propia opresión a las mujeres entre ellos, y en el proceso, están siendo transformados así como trabajan para transformar a la sociedad.
Also available in English: The
Connexions Annual: Introduction to Women's chapter.
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