El Anuario de Conexiones:
Introducción al Capítulo de la Paz
La guerra o la amenaza de guerra es una realidad siempre presente
en nuestro mundo, pero en el confort relativo de Occidente tenemos
el lujo de involucrarnos en las guerras que están ocurriendo
en otros países con tan solo cambiar el canal de nuestra
TV.
Aún aquí, hemos tenido, por más de una generación,
que vivir con la posibilidad que la sociedad humana pudiera ser
destruida casi instantáneamente en una guerra nuclear mundial.
Congeladas en las amenazantes posturas de la Guerra Fría,
las sociedades de Oriente y Occidente moldearon sus economías
y su forma de pensar de modo que se defendieran en contra de las
amenazas del otro lado. Con tal de garantizar la 'destrucción
mutuamente asegurada', los recursos fueron quitados de las necesidades
humanes reales y puestos en la milicia.
La Guerra Fría ha terminado, pero el militarismo, nacionalismo,
imperialismo y el intercambio de armas no. El mayor poder industrial,
con Estados Unidos liderando el camino, continúa dependiendo
de la producción militar para fortalecer la economía.
Las armas siguen siendo la exportación número uno
de Estados Unidos (seguidas de cerca por los productos de la industria
del entretenimiento de Estado Unidos), subrayando el enunciado que
dice "la guerra es la salud del Estado", aún en
'tiempos de paz'.
En la era de la Guerra Fría, el movimiento pacifista de
Occidente buscó establecer lazos cercanos con los grupos
pacifistas independientes en el Bloque del Este. Entendieron que
entre más exitosos seamos al usar el contacto de persona
a persona para crear un movimiento internacional pacifista que no
esté sujeto a las políticas de un gobierno particular,
mejores serán nuestras posibilidades de tomar el control
de nuestros destinos, lejos del militarismo, que a menudo influye
profundamente en la toma de decisiones gubernamentales.
Esta verdad - la importancia de conexiones internacionales para
oponerse a las rivalidades y abusos de las naciones-estados - contiene
una vital importancia en el caótico 'Nuevo Orden Mundial'
que está emergiendo. La preparación para la guerra
- y para las intervenciones militares contra países donde
sus mandatarios 'se salen de la línea' - continúa
tal como los militares buscan nuevos enemigos.
En Canadá, el movimiento pacifista está presionando
para terminar con las pruebas sobre nuestro territorio de los aviones
de combate, bombarderos y misiles de crucero de Estados Unidos y
la OTAN.
El movimiento pacifista canadiense está demandando además
detener la manufactura de armas para la exportación y detener
la exportación de uranio, el cual puede ser usado para armamento,
si se considera que se supone es para usarse en plantas de energía
nuclear. Al permitir tales exportaciones, Canadá contribuye
a la carrera armamentista entre las naciones del tercer mundo y
al potencial desarrollo de armas nucleares de dichos países.
Guerras viciosas están siendo peleadas justo ahora en varias
partes del mundo y muchos otros países han experimentado
las consecuencias de la guerra desde el fin de la Segunda Guerra
Mundial.
Nada más en la década pasada, las guerras en la antigua
Yugoslavia, en Somalia, la guerra dirigida por Estados Unidos en
contra de Irak, la guerra entre Irán e Irak, la guerra en
Afganistán, las guerras civiles de Sudán y Etiopía,
La invasión de Indonesia a Timor del Este, la guerra en Nicaragua,
El Salvador, Angola y Mozambique, por nombrar algunas, han tomado
y están tomando una enorme cantidad de vidas.
Hay muchos países donde las minorías étnicas
o tribales están involucradas en una resistencia continua
en contra de la autoridad central o donde la represión por
parte del gobierno - asistidas por armamento comprado de las naciones
industriales - es tan severa como para iniciar una guerra en contra
de un grupo particular de la sociedad.
La preparación para la guerra a costos enormes en países
donde ni siquiera pueden alimentar a su propia gente es común.
Consecuentemente, trabajar por la paz y trabajar para el desarrollo
económico son lados opuestos de la misma moneda.
Sin embargo, el enorme poder de los establecimientos de la industria
militar, con un claro interés en continuar el altamente rentable
negocio de la venta internacional de armas, vuelve a la tarea de
cambiar los recursos de la guerra hacia actividades pacíficas
un reto verdaderamente grande, tanto aquí como en el Tercer
Mundo.
Mientras los militares de todos los países tengan un hambre
insaciable por armas nuevas de todos tipos, estas armas no son necesariamente
usadas contra enemigos extranjeros.
En muchos países, la milicia es usada principalmente para
apoyar regímenes dictatoriales en contra de su propia gente.
Por esta razón también, los movimientos por justicia
deben ser guiados a reducir el poder de la milicia en todas partes.
Al mismo tiempo, debe ser recordado que los soldados son a menudo
reclutados de los grupos de pobres y desempleados, y que un movimiento
por la paz y la justicia social debería estar tratando de
alcanzarlos a ellos también con este mensaje. Un movimiento
pacifista al final debe incluir a los soldados si se espera que
prevalezca.
Ulli Diemer
Also available in English: The
Connexions Annual: Introduction to Peace chapter.
Aussi disponible en français: L'Annuel
Connexions: Introduction au chapitre de la Paix.
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