B U R E A U O F P U B L I C S E C R E T S |
El mundo libre no es libre y el mundo comunista no es comunista. El viejo movimiento proletario no pudo derrocar a la sociedad de clases, siendo desviado principalmente hacia variantes reformistas o burocráticas-totalitarias del capitalismo clásico. En todas partes las personas todavía se encuentran alienadas de su propia actividad lo que se ven obligadas a producir regresa como un poder en contra suya y por lo tanto alienadas unas de otras. El desarrollo moderno del capitalismo ha dado lugar a una nueva etapa de esta alienación: el espectáculo, que monopoliza la comunicación entre las personas en torno a lo que se les presenta, desde la información y las aventuras substitutas hasta las imágenes de mercancías o burócratas exaltadas.
Pero este sistema no ha resuelto todas sus contradicciones; en las últimas dos décadas han surgido nuevas luchas en todas las regiones del mundo desafiando diversos aspectos del mismo y tendiendo a rechazar la mediación burocrática. El proyecto fundamental en última instancia implícito en estas luchas es la abolición del Estado y de todo poder jerárquico, de la economía mercantil y el trabajo asalariado. Las precondiciones tecnológicas para esa transformación ya existen. La forma de organización social capaz de hacerlo realidad ya ha sido prefigurada en los consejos obreros que surgieron en las revoluciones reprimidas anteriormente en este siglo: asambleas generales democráticas de trabajadores y de otras personas que se congregaron a su proyecto, asambleas que disuelven todos los poderes exteriores y se confederan internacionalmente, eligiendo delegados para llevar a cabo tareas específicas, delegados que pueden ser revocados en cualquier momento.
Tal revolución no puede promoverse mediante los métodos de manipulación que reproducen las relaciones jerárquicas dominantes. La tarea de los revolucionarios es contribuir a la autoconciencia, la autonomía y la coherencia de las luchas radicales sin convertirse en un nuevo dirección que domine esas luchas. Debido a esto, y porque la oposición constructiva tiende a ser integrada en el sistema, las tácticas adecuadas son en gran medida negativas o críticas atacar a las instituciones e ideologías que refuerzan la sumisión al sistema, señalar las deficiencias y las posibilidades de las luchas contra el mismo dejando que la gente elija su propia forma de responder a las situaciones así expuestas.
Es una cuestión de enfrentar al mundo real en el que vivimos; de vincular la teoría y la práctica en una actividad experimental a fin de resistir la tendencia de la teoría a petrificarse en una ideología. Todo lo que sea de valor positivo y se halle expresado en el arte o en la religión sólo puede ser realizado mediante la superación de ambos como esferas separadas, llevando la creatividad y la búsqueda de la realización al terreno de la vida cotidiana. “En una sociedad que ha destruido toda aventura, la única aventura posible es la destrucción de esa sociedad.”
BUREAU OF PUBLIC SECRETS
Abril 1979
Versión española de Banalities. Traducción de Ricardo Fuego (2010).
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